Uno
La Lluvia (Netflix)
Esta serie juvenil postapocalíptica danesa, toma prestado de aquí y de allá: Un poco de The Stand de Stephen King, otro más de The Walking Dead, y otro más de videojuegos como Resident Evil y Fallout. Un científico crea un virus para curar a su hijo, el virus “escapa” a las nubes y cae a través de la lluvia. Todos a los que les cae una gota, mueren horriblemente casi al instante.
Los hijos del científico sobreviven solos en un bunker subterráneo por un número improbable de años. Después saldrán a la superficie y se unirán a un grupo de jóvenes renegados que se las tendrán que ver con el mundo que quedó. Entretenida pero tonta, busca conectar con un público juvenil que ya vio la historia contada mucho mejor en otros lugares.
Dos
Absentia (Amazon Prime)
Emily Byrne, una agente del FBI (Stana Katic de Castle) es secuestrada por un siniestro e ingenioso asesino, y torturada por tantos años que es dada por muerta por familiares y colegas.
Seis años después, es encontrada viva en una cabaña en el bosque. No recuerda qué sucedió en ese lapso de tiempo. Su ex-marido Nick (Patrick Heusinger) se volvió a casar y es razonablemente feliz en su nuevo matrimonio. Aún así (es también agente del FBI) quiere ayudar a Emily, pero la situación es complicada. Ya un hombre cumplía condena por su desaparición.
Emily complica las cosas por ser necia e impulsiva. Pronto se ve en medio de una nueva serie de crímenes. Absentia quiere mantener el suspenso, estirando la credulidad y la paciencia del espectador hasta límites inmanejables. Para lograrlo necesitaría que tuviéramos empatía por Emily y nos preocupara su inocencia. Sin embargo, a sus creadores se les olvida crear una relación con el espectador antes de convertirla en un personaje insufrible.
¿Nos importa qué pasará con ella y quién está detrás de todos los improbables sucesos que la rodean? La verdad es que no.
Tres
Somewhere between (Netflix)
Esto es lo que sucede cuando una empresa quiere cumplir con una agenda de producción agresiva y le da luz verde a proyectos que necesitaban pensarse mejor. A guiones forzadísimos que sólo parecen convincentes en las tres líneas con que se sintetiza su trama.
Este es el tipo de producto que hace años hacía la industria serie-B de cine directo a VHS. Hoy se convierte en diez episodios con tantos problemas de producción (horrible casting, maquillaje, vestuario, peinado, diálogos) que el mediocre guión se siente en buena compañía. Una serie que sólo sirve para inflar los números de producciones originales de Netflix.
Cuatro
Paranoid (Netflix)
En un pequeño pueblo británico, una mujer es asesinada en un parque infantil frente a una docena de testigos básicamente inútiles. La investigación queda a cargo de la policía local: la detective Nina Suresh (Indira Varma) y su compañero Alec (Dino Fetscher).
Nina es temperamental, impulsiva e inmadura. El caso no tiene nada de sencillo, pues se enfrentan a un asesino sofisticado y a lo que parece una siniestra conspiración farmacéutica, pero Nina está más preocupada por su matrimonio, por su crisis de la mediana edad y el romance forzado con un compañero.
Es una de esas series (como Marcella, aunque esta lo hace mejor) que apuesta por situaciones descabelladas, truculentas e implausibles y quiere profundizar en la psicología de sus personajes intensificando sus dramas personales. Es una pena porque Paranoid tenía potencial.
Cinco
The Tick (Amazon Prime)
La garrapata es un superhéroe inusual. Creado por Ben Edlund, es una parodia ingeniosa del género, que tuvo su cómic de culto en los años 80, una serie animada en los 90, y un sitcom bastante simpático (pero de corta duración) en 2001.
Para su cuarta encarnación, Edlund recibió un visto bueno precavido de Amazon. El piloto se estrenó en 2016, los siguientes cinco episodios en 2016, y los últimos cinco a principios de este año. La serie, sin embargo, tuvo tan buena recepción que Amazon ordenó, ahora sí, una segunda temporada completa para el 2019.
Edlund creó una mitología con un sentido del humor ingenioso, en un universo de superhéroes decadente y absurdo. Un remedio refrescante frente a la sobredosis de Marvel y DC a la que hemos estado sometidos en los últimos años.
The Tick entiende tan bien cómo funcionan las sagas de héroes, villanos y antihéroes, que de pronto recuerda, guardadas las proporciones, al Watchmen de Alan Moore (si éste se hubiera tomado todo a chacota).
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Para El Economista, Arte Ideas y Gente del miércoles 3 de octubre del 2018